La Niña Alemana
Aún tengo un destino... y voy a definirlo.
Puedo decidir a dónde ir, a dónde lanzarme,
ser quien quiera ser, abandonarlo todo
y empezar de nuevo o terminar para siempre.
Es mi sentencia. Me siento liberada.
Armando Lucas Correa, La Niña Alemana
Hace una semana terminé de leer el libro de La Niña Alemana, de Armando Lucas Correa. Me pareció fascinante. En 430 páginas, te transporta a dos épocas que se acercan y se alejan, apenas rozándose o casi anudándose entre sí.
Dos épocas diferentes, dos niñas castigadas por el mal y la guerra del mundo, pero que no se permiten a sí mismas rendirse, o dejar de amar, o dejar de buscarse... Una en busca de su pasado y la otra en busca de su descendencia.
La Niña Alemana me ha recordado cosas que no habitaron nunca en mi memoria, pero que han vuelto a ella de todas maneras. La historia me emociona. La redacción me transporta... Y el sueño de este joven autor se mezcla con el mío. Él alguna vez fue un apasionado de un tema, alguna vez fue un escritor más que quería compartir al mundo, a través de su su pasión, los horrores de la guerra, las consecuencias de la codicia y el egoísmo del mundo. Su sueño nacía de él hacia los demás. Así es como debe buscarse cumplir cualquier sueño.
Este libro ha sido especial para mí porque he vivido, en estas tres semanas, la incertidumbre que vivieron las niñas alemanas durante su historia. Ése sentimiento de no saber cuándo partirás o qué encontrarás cuando llegues.
Esa sensación de que llevas meses sintiéndote que estás apunto de irte pero que no terminas de irte del todo, que recién conociste gente que ya amas pero que dejarás de ver por un buen rato. Esa sensación de que el mundo es enorme pero no te da miedo.
La Niña Alemana me llenó el corazón de emoción y terror, porque sabes que pronto tendrás que partir. Ese sentimiento que sólo los viajes te dan y que hay que atesorar profundamente, pues son cápsulas de fuerza y emoción que te despiertan el alma.
Agradezco profundamente a la niña alemana por abrirme las puertas de su vida llena de dolor y de miedo, pero sobre todo, de amor y de esperanza.
Porque creo que todos en el fondo tenemos estos cuatro sentimientos bien arraigados en nuestra alma y que es, de ellos cuatro juntos, de lo que nuestras vidas están hechas.
Comentarios
Publicar un comentario