Ese clic
Un día, una amiga a la que quiero muchísimo, estaba muy triste... Por algo que hasta a mi me dio coraje. Mucho.
Desde ese día y en adelante, mi amiga y yo hicimos clic.
¿Saben lo que es ese clic? Es el identificarte con alguien, el querer lo mejor para esa persona, el querer que no sufra. Es tener la ciega intención de querer hacer su vida mejor y más feliz.
Bueno, pues ese día lo sentí por ella. De repente, tome una pluma y arranqué un pedazo de hoja y le escribí algo que me salió del corazón. Algo para todas esas personas que creen que han perdido su sonrisa, o no saben transmitir su alegría.
La sonrisa más bella, no es la que surge de los labios, sino la que se refleja en el corazón.
Desde ese día, no le he deseado nada más que lo mejor a esa amiga. A quien quiero mucho y a quien dedico esta entrada.
Hacer clic realmente puede ser de muchas maneras. Con uno de tus papás lo tienes, o tal vez con una amiga. O tal vez con alguien más.
La verdad yo no creo que uno decida con quién hace clic. De lo que estoy segura es de que ningún clic, si es genuino, auténtico y legítimo, llega sin razón. Algo viene a mover en el mundo ese clic. Siempre para bien.
Llámenlo como quieran, ese clic es Dios hablando al corazón.
No esperes que Dios te diga qué hacer con palabras. El habla al corazón con sentimientos.
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