Una carta de amor

Amo de la vida lo infinita que es.
Las infinitas decisiones y caminos que podemos tomar.
Las infinitas personas que en ella podemos conocer.
La infinita capacidad que todos tenemos de amar.
La infinita energía que sentimos cuando hacemos algo que nos apasiona.
La inexplicable fuerza que nos da el amar a una persona.

Amo lo libres que somos en este mundo para explorarlo.
Nuestra infinita capacidad de aprender tanto como queramos.
La inexplicable magia de poder, con nuestras palabras o acciones, lograr hacer que alguien pase un momento feliz o empiece a amar la vida también.

Amo de la vida que todos tenemos una vida diferente.
Amo las infinitas posibilidades con las que nos cruzamos todos los días para encontrar el amor en nuestras vidas.
Amo la eterna búsqueda de felicidad por la que atravesamos todo el tiempo y que, sin darnos cuenta, nos mantiene a flote y mirando hacia adelante.
Amo de la vida que todos estamos a una sola decisión de cambiar por completo su rumbo.
Amo que no podamos saber qué nos depara el futuro, por lo que estamos obligados a decidir si vivimos sin expectativas y disfrutamos lo que venga o si nos encadenamos al miedo que nos trae esta incertidumbre.
Amo que podamos decidir cómo vivir nuestra vida y que TODOS tengamos la capacidad de tomar esta decisión.
Amo cómo esta decisión de verdad tiene eco en la manera en que vivimos o recordamos lo que nos pasa todos los días.
Amo el poder que tiene una disculpa pedida desde el fondo del corazón para sanar a alguien que lastimamos.
Y amo la enorme fuerza y capacidad que tenemos para perdonar hasta la herida más profunda.

Amo cómo funciona la vida.
Que la única receta hacia la felicidad implique forzosamente el contacto con otras personas o buscar que ellas también estén bien.
Que solita la vida logre regresarte el mal o el bien que has hecho sin necesidad de que el karma, una persona o Dios intervenga.
Amo que si te mueves en la mentira o el fraude, tú o las personas que te rodean no pueden ser plenos ni libres y que la verdad nos haga siempre libres.

Amo que Dios no nos pone pruebas, que no somos sus conejillos de indias ni sus marionetas.

Amo la vida pero me duele saber que hay gente que no puede amarla tanto porque no es libre, no sabe que a la vida se le puede amar o que murió antes de poder darse cuenta de que podía hacerlo. 
Amo la vida pero me duele que tantas personas olvidaran la capacidad innata que todos tenemos para amar a causa de todo el amor que les faltó en sus vidas.
Amo la vida pero me duele que hoy existe una mujer, un hombre, un abuelo y un niño que están sufriendo y que hay alguien más que tiene el poder para decidir detener este sufrimiento y que no lo haga por su ignorancia o egoísmo.

Todavía tengo esperanza de que podemos volver este mundo mucho más cálido, que podemos llevar este amor por la vida a personas que no saben que a la vida se le puede amar bajo cualquier circunstancia y también estoy segura de que, entre más personas logremos enamorarnos de la vida, inevitablemente lograremos que la gente que sufre o que está echando a perder este mundo también puedan - no importa qué tan imposible parezca - amar esta vida y sanar al mundo.

(No se confundan. Esta carta no es una carta para el mundo, porque nuestras decisiones han llevado al mundo a estar muy lejos de lo que la vida en realidad es. La vida es esa fuerza que TODOS tenemos dentro de nosotros y que tiene éstas y muchas más posibilidades de impactar en el mundo y en las vidas nuestras y de los demás.)

Comentarios

  1. Eres grande ! Te amo y soy feliz de coincidir contigo en esta vida gracias por iluminar el camino de tantas personas con cada paso que das :)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Para ustedes...

La famiglia rimane sempre

Hoy