Jóvenes


Quiero ver al mundo como una generación de jóvenes que se mueven. 

Hoy le decía a mi mamá que conozco a muchos amigos que están metidos en movimientos o grupos juveniles, que muchos son líderes o participan activamente. Pero a mi mamá no le sorprendió, y cuando le pregunté porque me dijo que eso pasa porque los jóvenes somos muy entrones. Entregamos todo. Queremos hacer las cosas, cumplirlas y cambiarlas. 

Porque no nos conformamos.
Porque no nos detenemos.
Porque nos comprometemos a más cosas de las que sabemos que podemos hacer.
Porque nos aferramos a lo imposible porque sabemos que se puede lograr.
Porque creemos que aún se puede confiar en un extraño, o vivir una aventura o que existe el amor de tu vida.
Porque queremos cumplir lo que soñamos.

Y cuando me pregunté por qué los jóvenes y no los niños o los adultos... Es porque somos el centro de la balanza de ambos: no somos lo suficientemente pequeños y soñadores como para dejar las metas en sueños o ideas pero tampoco estamos tan viejos y desilusionados del mundo como para dejar de intentar.

Estanos justo en el centro.

Somos lo suficientemente grandes como para tomar decisiones, elegir qué sueños buscaremos cumplir y movernos para perseguirlos. 

Pero tampoco somos lo suficientemente viejos como para dejarnos llevar por esas voces desilusionadas de la vida que nos dicen que es absurdo o imposible. Aún no nos desengañamos de la vida, aún creemos en lo imposible, aún queremos cambiar el mundo, cosa que los adultos han "intentado" y como no han visto resultados lo han tirado todo por la borda y se han resignado.

Pero lo más importante, es que aún creemos en el amor verdadero. En que realmente todos tenemos a una persona por quien nuestro corazón late más que por cualquier otra. Y estamos dispuestos a buscarla.

Jóvenes, movamos el mundo. Demostramosle a los incrédulos que las cosas se pueden lograr, que no porque ellos no pudieron hacerlo significa que nosotros tampoco. Que no porque ellos no hayan conocido a su verdadero amor, este no exista.
Que no porque el mundo no los escuchó, a nosotros tampoco nos escuchará.

Si los políticos se concentran tanto en la juventud es porque sabe del poder que esta tiene y tendrá.

Hagamos proyectos, innovemos, creemos, digamos que no pero finjamos que si, cambiemos lo que no nos gusta, preparémonos, veamos películas, soñemos mientras el semáforo se pone verde, encerremos a Peña Nieto en el baño, hagamos líos, compliquemonos la existencia, elijamos el camino largo, búsquenos la felicidad, creamos en lo absurdo... pero nunca, nunca dejemos que el mundo nos desilusione. No nos desengañemos del mundo como los adultos que han dejado de creer que cambiar al mundo es posible.

Cambiemos el mundo.


           Simon Pemberton, 2004



     Millions of bubbles surrounded her

       ¿A dónde vas?






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