Hace un año fui a visitar a Claudia durante su intercambio. Me acuerdo que siempre teníamos cosas que hacer... En la mañana íbamos a una exposición, en la tarde entrábamos a un evento organizado por la ciudad y en la noche había un espectáculo en alguna de las plazas... ¡será porque es verano! Me decía a mi misma... Pero Claudia me decía que así era siempre. Que siempre había algo que hacer...
Yo me preguntaba... Bueno, y ¿en donde se entera de todo lo que sucede en esta ciudad? Seguramente hay una página con todos los eventos.
Y las hay, pero te muestran sólo la cuarta parte de lo que está sucediendo cada día.
La única manera de saber realmente lo que está pasando a nuestro alrededor es abriendo los ojos, levantando la mirada de la pantalla, afrontando una vista que probablemente preferiríamos evitar o brincarnos... Porque aveces es incómodo preguntar, o es cansado pensar... Pero es mil veces peor despertar demasiado tarde.
Y no me refiero sólo a los eventos que están alrededor sino a TODO. A la gente que tenemos a nuestro alrededor de quienes probablemente nunca volvamos a saber nada si no nos atrevemos a decirle hola, a preguntarle cómo le fue en cierta cosa o, incluso, sólo regalándoles una sonrisa. Pero nos lo perdemos, porque no lo necesitamos, porque no nos hace falta, porque pensamos que se trata de nosotros. Pero no, si el mundo se tratara solo de nosotros viviríamos como muchas personas actualmente viven: solo para ellas. Conviven lo suficiente para sentirse acompañadas y no para crecer, conocer o emprender algo con alguien. Trabajan lo suficiente para obtener lo que ellas necesitan y no para lograr un proyecto que involucre a más gente o los sueños de otras personas. Nos contentamos con cumplir nuestros sueños aún cuando la grandeza de un sueño no está sólo en cumplirlo, sino en poder compartirlo con quien lo emprendiste o con quien te inspiró o ayudó en el camino.
Alrededor de ti, fuera de ti, están sucediendo cosas. Siempre, en todos lados y en todas las personas. Sólo basta decidirse a buscar para empezar a encontrar.
Yo me preguntaba... Bueno, y ¿en donde se entera de todo lo que sucede en esta ciudad? Seguramente hay una página con todos los eventos.
Y las hay, pero te muestran sólo la cuarta parte de lo que está sucediendo cada día.
La única manera de saber realmente lo que está pasando a nuestro alrededor es abriendo los ojos, levantando la mirada de la pantalla, afrontando una vista que probablemente preferiríamos evitar o brincarnos... Porque aveces es incómodo preguntar, o es cansado pensar... Pero es mil veces peor despertar demasiado tarde.
Y no me refiero sólo a los eventos que están alrededor sino a TODO. A la gente que tenemos a nuestro alrededor de quienes probablemente nunca volvamos a saber nada si no nos atrevemos a decirle hola, a preguntarle cómo le fue en cierta cosa o, incluso, sólo regalándoles una sonrisa. Pero nos lo perdemos, porque no lo necesitamos, porque no nos hace falta, porque pensamos que se trata de nosotros. Pero no, si el mundo se tratara solo de nosotros viviríamos como muchas personas actualmente viven: solo para ellas. Conviven lo suficiente para sentirse acompañadas y no para crecer, conocer o emprender algo con alguien. Trabajan lo suficiente para obtener lo que ellas necesitan y no para lograr un proyecto que involucre a más gente o los sueños de otras personas. Nos contentamos con cumplir nuestros sueños aún cuando la grandeza de un sueño no está sólo en cumplirlo, sino en poder compartirlo con quien lo emprendiste o con quien te inspiró o ayudó en el camino.
Alrededor de ti, fuera de ti, están sucediendo cosas. Siempre, en todos lados y en todas las personas. Sólo basta decidirse a buscar para empezar a encontrar.
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